“Abro los libros de derecho
y de moral y, transportado por sus discursos, admiro la paz y la justicia
establecidas por el orden civil y me consuelo de ser hombre sabiéndome
ciudadano. Bien instruido de mis deberes, cierro el libro, salgo y miro a mi
alrededor. Veo a pueblos desafortunados gimiendo bajo un yugo de hierro, al
género humano aplastado por un puñado de opresores, una muchedumbre agobiada por
las penas y con hambre de pan, mientras el rico bebe en paz su sangre y sus
lágrimas y, en todas partes, el fuerte está armado contra el débil por el
formidable poder de las leyes. Todo esto sucede apaciblemente y sin resistencia.
Es la tranquilidad de los compañeros de Ulises encerrados en la caverna del
Cíclope esperando a ser devorados. Extendamos un velo eterno sobre estos objetos
de horror”.
Jean Jacques Rousseau
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